Gracias, Allan Moore.
En Zaragoza, en la calle San Miguel, en un número que no puedo decirte, hay un ático que no existe, no tiene puerta ni timbre ni buzón. Y, si no me interrumpís y no pierdo hilo os voy a contar la inquietante historia de su inquilina.
Hay un tipo de personas, del tipo que no recuerdas, que borras fácilmente de tu memoria. Todos tenemos un compañero o compañera del colegio, del instituto, o del trabajo, si, ese que se sentaba detrás de aquella chica, si, ese, se llamaba… Pues no, no recuerdas su nombre, su cara es apenas un borrón, ni siquiera conservas una foto donde se le pueda reconocer. Ese tipo de personas terminan olvidados por el resto de la gente, viviendo vidas comunes, demasiado comunes, sin apenas relaciones, e ignoradas por el mundo, si ese proceso se mantiene en el tiempo, se convierten en noseres.
Durante 1962, en plena crisis de la guerra fría, alguna mente pensante decidió abrir un departamento sobre los noseres y su posible utilización para el espionaje, una idea brillante. Fueron unas semanas de locura, todo lleno de notas como recordatorios, siempre de aquí para allá con una libreta llena de nombres y descripciones, fotos pegadas para no perder a los sujetos. Ya su reclutamiento fue un tremendo lío, enviando coches a direcciones sin numero, lugares perdidos, calles desconocidas, notas extraviadas, taxistas rascándose bajo la gorra, tratando de extraer la dirección o cualquier información de su chupado cigarro de liar, lo dicho, todo un caótico lío.
Cuando el proyecto no ser se estabilizó un poco, cuando el protocolo para tratar con los sujetos ya pudo ser establecido, hubo que cerrarlo, se resolvió todo el asunto de Cuba, y los beneficios que podrían resultar de estos agentes no parecía merecer el esfuerzo y el gasto que suponían. De hecho el presupuesto se superó el primer mes, se aguantó un poco echando mano de favores y de futuras aplicaciones de los sujetos. Pues se despidió a todo el mundo, se reubicó a los posibles, y hubo bastantes a los que no se encontraron ni para informarles de que todo había terminado. Todo el mundo abandonó el complejo, se destruyeron miles de confidenciales, cientos de libretas llenas de anotaciones y fotos, muchas fotos, todo terminó en el fuego implacable. Bueno, todo no, unos cuantos expedientes se guardaron en un archivo cuyo nombre se borró por unas goteras, y su numero fue reutilizado para otra investigación, el proyecto Noser termino en nada, como se merecía.
Realmente si que sirvió para algo, dos sujetos del proyecto se conocieron en la sala de espera de las pruebas psicológicas, y empezaron a conocerse y salir juntos, y, un poco antes de que se olvidaran mutuamente, ella quedó embarazada. Así fue concebida Comosellame, concebida y casi olvidada, porque su madre apenas recordaba llevarla en su vientre, pasó una noche en un hospital y a los pies de una cama, en un pasillo, dio a luz a una niña que muy pronto vio la espalda del mundo.
Con los mínimos cuidados y por casualidad, la niña fue sobreviviendo contra el mundo, que se esforzaba por ignorarla. Busco la manera de educarse, porque no existía para el sistema, ni para sus compañeras, ni para los profesores o tutores, pero aprendió y no perdió el tiempo en estúpidas relaciones humanas, y se fue cultivando para lo ser lo que debía llegar a ser, fuese lo que fuese lo que inspiró el proyecto, ella sería su mayor ejemplo, o su menor.
Después de muchos años alguien encontró aquellas olvidadas libretas y decidió que no era una idea tan descabellada, que en esta era de tecnología, de comunicación, de redes sociales y de fotografías y videos digitales, donde todo era inmortalizado y abandonado en la red, de cámaras de vigilancia para observar otras cámaras de vigilancia, alguien que fuera ignorado, que no tuviese un lastre de pasado ni un futuro, podría valer su peso en tarjetas black.
Se habilitó un departamento para la búsqueda de los sujetos 0, como fueron llamados a partir de entonces. Tras meses de seguimientos, video vigilancia, rostros informatizados, batidas y vigilancia intensiva de correos y mensajes, no se descubrió a ningún sujeto 0 digno de tal nombre. Cuando el responsable del nuevo proyecto noser estaba valorando la posibilidad de pedir un traslado debido a la falta de logros, recibió una llamada de arriba. Anotó una dirección en papel, concretamente en cinco notas diferentes que guardó en diferentes bolsillos o compartimentos de su cartera. Una vez en la estación, entregó a un taxista uno de ellos. Al acercarse al portal, con otro papel en la mano, esperó a que un vecino le abriera la puerta amablemente. Con un nuevo papel en la mano, debía subir por las escaleras, hasta llegar al último piso, detrás de la fregona, abandonada en un rincón descubriría unas escaleras, las subiría. Encontraría una puerta, debía pasar sin llamar, y entones encontraría al sujeto 0 definitivo, o se perdería en el intento. Comosellame, directora de proyectos ocultos de la Iniciativa, hija, madre y abuela de noseres, y responsable de la red de espionaje definitiva, en todo el mundo, o no, porque mañana no recordarás nada de lo que te he contado, y yo, yo lo negaré todo, todo lo que he dicho sobre mi mujer, mi hija y mi nieta, lo negaré y tengo pruebas irrefutables de lo que digo, … y de lo contrario.
Etiquetas: comosellame, historia, iniciativa
Deja una respuesta